La evaluación de impacto ambiental, abreviada EIA, es un proceso de medición y evaluación del impacto de cualquier proyecto y desarrollo propuestos sobre el medio ambiente. Se realiza teniendo en cuenta los riesgos y beneficios sociales, económicos, culturales y para la salud humana.
Pero, ¿cuáles son las consecuencias de no elaborarlo o de no conocer su importancia y sus beneficios? En este artículo te explicamos ¡Sigue leyendo!
¿Por qué es necesario elaborar un estudio de impacto ambiental?
Como su nombre indica, este se elabora para identificar y evaluar las posibles repercusiones sobre el medio ambiente en la fase de toma de decisiones, antes de que comiencen las obras o se modifiquen las operaciones. Al realizarla desde el principio, se pueden tener en cuenta los posibles problemas y hacer cambios para mitigarlos antes de que se haya gastado y malgastado mucho tiempo y dinero en llegar a ese punto.
Al igual que ocurre con la salud y la seguridad y con otros muchos aspectos de la vida, es mucho más preferible una planificación y prevención minuciosas que tener que lidiar con las secuelas y consecuencias de un accidente o un suceso que no se desarrolle según lo previsto.
Esto no sólo puede ser preferible en términos de vida o muerte si se trata de un problema de salud y seguridad, sino que también es muy beneficioso desde un punto de vista financiero.
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La cantidad de dinero que hay que gastar en la realización de la evaluación de impacto ambiental y la introducción de las modificaciones recomendadas por sus conclusiones es a menudo mucho menor de lo que habría que gastar en conceptos tales como los costes de limpieza, el pago de indemnizaciones y las multas reglamentarias por incumplimiento de la normativa medioambiental o de salud y seguridad.
Consecuencias de no hacer una evaluación de impacto ambiental
Sin mitigación ambiental en la construcción, la extracción, etc, el medio ambiente, los animales y las comunidades que rodean estas obras estarían en peligro. El estudio del impacto ambiental es un importante proceso sistemático en el campo de la ciencia y la gestión ambiental.
No hacerlo implica que los profesionales, gobiernos e industrias no puedan medir el daño ambiental que pueden causar. A través de la EIA, los gestores y profesionales del medio ambiente pueden predecir los impactos negativos y positivos sobre el medio ambiente.
Mediante una matriz de impacto ambiental para construcción, los gestores saben qué proyectos necesitan un examen completo para evitar cualquier daño al medio ambiente. Hacer esto, conlleva a los siguientes beneficios:
- Ayuda a evaluar los posibles impactos relevantes para la legislación medioambiental basándose en los requisitos legislativos.
- Identifica problemas mediante el proceso de mitigación por adelantado para anticiparse a los desastres que puedan ocurrir.
- Protege el entorno de la biodiversidad sugiriendo diseños y métodos alternativos de proyectos seguros.
- Predice el índice de impacto de los proyectos propuestos, que puede ser negativo o positivo.
- Destaca posibles alternativas más seguras para el medio ambiente y métodos con menor impacto.
- La EIA elabora un plan de gestión medioambiental y un resumen para el público general no especializado en tecnología.
- Ayuda a las partes interesadas a decidir si aprueban o no el proyecto basándose en los resultados de la evaluación.
- Predice el impacto y propone medidas paliativas de acuerdo con el PGA.
- Identificar, evaluar y predecir el impacto ambiental, económico y social de las nuevas actividades de desarrollo.
- Registrar y calificar los niveles de impacto sobre el medio ambiente de los proyectos propuestos.
- Proporciona información que muestra las consecuencias medioambientales antes de la toma de decisiones.
Características principales de un estudio de impacto ambiental
A menudo exigida por leyes, políticas, órdenes administrativas o reglamentos, la EIA identifica, predice y evalúa sistemáticamente las consecuencias ambientales reales y potenciales de un proyecto, antes de que éste sea aprobado.
Utilizada en muchos países, el objetivo de la EIA es reducir el impacto ambiental de un proyecto en la fase más temprana posible del ciclo del proyecto, es decir, durante la fase de planificación. Aunque los procesos de EIA difieren entre países y proyectos, hay varios componentes comunes:
- Selección: si es necesaria una EIA; qué nivel de detalle se requiere.
- Alcance: cuáles son los problemas e impactos del proyecto; quiénes son las partes interesadas; cuál es el estado actual del medio ambiente.
- Identificación de alternativas: qué alternativas existen.
- Análisis de impacto: cuáles son las repercusiones medioambientales, sociales y de otro tipo del proyecto.
- Mitigación y gestión de impactos: cómo se mitigarán, reducirán o gestionarán los impactos.
- Evaluación de la importancia: si los impactos son aceptables.
- Preparación de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) o informe: documentación de la propuesta, impactos, opciones de mitigación y gestión de impactos, nivel de importancia y preocupaciones.
- Revisión de la DIA: la DIA está abierta a los comentarios del público durante un periodo de tiempo suficiente.
- Toma de decisiones: se tienen en cuenta los comentarios del público y se decide si se acepta la propuesta tal cual, se modifica o se rechaza de plano.
- Seguimiento y revisión: elaboración de un plan de ejecución; inicio del seguimiento y revisión del proyecto.
Algunos países están intentando llevar la EIA a un nivel superior integrándola en los mecanismos de planificación y ampliando su alcance para abarcar el desarrollo sostenible y los efectos acumulativos. Esto significa una oportunidad de cambio global que incluye reducir los impactos medioambientales negativos y además abre oportunidades de empleo para quienes estén en el campo de ingeniería o gestión ambiental, desarrollo sostenible o cualquier carrera a fin.